Durante mucho tiempo se ha acusado a los fabricantes de calzado de ignorar la anatomía única del pie femenino. Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Aston, en Birmingham (Reino Unido), ha confirmado estas preocupaciones, al descubrir que muchas empresas carecen de los datos y la experiencia necesarios para diseñar zapatos que realmente se ajusten y apoyen el pie de la mujer.

El estudio, dirigido por el investigador John Wood, examinó datos sobre la anatomía de los pies de hombres y mujeres. Wood y su equipo descubrieron que las mujeres tienen los talones más estrechos, las puntas de los pies más anchas y los arcos más altos que los hombres. También descubrieron que los pies de las mujeres tienden a girar más hacia dentro que los de los hombres.

A pesar de estas diferencias anatómicas, la mayoría de los zapatos femeninos siguen diseñándose con hormas que son versiones reducidas de las hormas masculinas. Esto significa que muchos zapatos de mujer son demasiado estrechos en el talón y demasiado anchos en la parte delantera del pie, lo que puede provocar diversos problemas, entre ellos juanetesdedos en martillo y fascitis plantar.

"Pocos fabricantes lo han estudiado con detenimiento", afirma Wood.

La diferencia entre los pies de los hombres y los de las mujeres

Algunos de los principales fabricantes de calzado deportivo han medido las diferencias en los pies de hombres y mujeres, pero no publican sus datos. Esto hace difícil saber cuánto saben estas empresas sobre las necesidades específicas de los pies de las mujeres y en qué medida incorporan este conocimiento a sus diseños.

Las conclusiones del estudio de la Universidad de Aston ponen de relieve la necesidad de fabricante de calzado hacer más por diseñar zapatos que realmente se ajusten y sujeten el pie de la mujer. Si los fabricantes dedican tiempo a conocer la anatomía del pie de la mujer, podrán desarrollar zapatos más cómodos, con mayor sujeción y menos propensos a causar problemas.

Los datos procedían de un examen universitario de los pies de 320 hombres y 385 mujeres. Aunque los datos de cada sexo se analizaron por separado y se utilizaron en el diseño de zapatos para estudiantes, el informe reveló que las diferencias basadas en el género no se habían examinado antes.

Hace tiempo que se sabe que las mujeres suelen tener los pies más pequeños que los hombres. Sin embargo, incluso cuando la longitud del pie se mantiene constante y hombres y mujeres tienen estadísticamente el mismo número de calzado, los investigadores descubrieron notables diferencias anatómicas.

Las mujeres tienen tobillos y pantorrillas más gruesos, arcos más altos y tacones más estrechos, como explica Wood. Por ejemplo, si una mujer tuviera la talla de pie estándar que comparten ambos sexos, tendría una circunferencia de pantorrilla aproximadamente tres cuartos de pulgada mayor y un cuarto de pulgada más alta, características similares a las que requieren unas botas de esquí estrechas.

Además, los tobillos de las mujeres se sitúan aproximadamente un cuarto de pulgada más cerca del suelo, y los hombres suelen tener los dedos gordos de los pies ligeramente más gruesos, explica Wood.

Estas disparidades anatómicas pueden alterar el ajuste de un zapato, incluso cuando la talla parece correcta basándose únicamente en la longitud. Lamentablemente, es posible que las mujeres no perciban inmediatamente la raíz de la molestia, que podría atribuirse a estas diferencias anatómicas. Se cree que este factor contribuye al problema generalizado de pies encogidos y pellizcados que afecta a muchas mujeres hoy en día. Wood señala que las normas sociales llevan a menudo a las mujeres a elegir zapatos que priorizan la estética sobre la salud de los pies en su vida cotidiana.

Además, las diferencias entre las necesidades de calzado de hombres y mujeres incluyen el hecho de que los tobillos de las mujeres están aproximadamente un cuarto de pulgada más cerca del suelo, y los dedos gordos de los pies de los hombres tienden a ser ligeramente más gruesos, como corroboran los investigadores.

Un esclarecedor estudio ha revelado que casi el 90 por ciento de las mujeres llevan zapatos más pequeños que su talla real de pie, con una discrepancia media de medio centímetro, según informa Wood.

Sin embargo, el problema de los zapatos mal ajustados puede atribuirse a otros factores, entre los que destaca el estilo. Los zapatos femeninos suelen ser estrechos en la parte delantera, lo que puede provocar calambres en los dedos y la aparición de juanetes, según Wood. Paradójicamente, a las mujeres les suele preocupar que el zapato les quede demasiado holgado en el talón. En consecuencia, un zapato que se ajusta cómodamente en la parte posterior del pie puede resultar incómodo si aprieta en la parte delantera.

Los podólogos son muy conscientes de estos problemas, ya que son testigos habituales de sus repercusiones. La Dra. Wendy River, que preside el comité de uso de calzado de la London Orthopaedic, reconoce la importante proporción de problemas que encuentra en su consulta y que están directamente relacionados con un uso inadecuado del calzado. Cree firmemente que alinear la forma del zapato con la del pie reduciría sustancialmente el número de lesiones.

Compartir datos controvertidos

John Wood sostiene que sería un valioso servicio público que las principales empresas de calzado deportivo pusieran sus datos anatómicos a disposición de otros fabricantes. Esta transparencia, argumenta, fomentaría la innovación y la cooperación dentro de la industria.

Sin embargo, muchas grandes empresas de calzado, como Nike, New BalancePero las grandes empresas no se atreven a aceptar esta idea. Argumentan que han invertido importantes recursos en adquirir sus conocimientos y que compartirlos pondría en peligro su ventaja competitiva.

Tina Ball, jefa de diseño de un reputado fabricante estadounidense de calzado deportivo con casi 50 años de experiencia en el diseño de este tipo de calzado, subraya el impacto transformador de la zapatilla adecuada.

Estas empresas sostienen que mejoran continuamente sus productos basándose en sus investigaciones. Sin embargo, John Wood rebate esta afirmación, afirmando que podrían corroborar su compromiso de mejora divulgando sus datos.